Recuerda...

Recuerda...

lunes, 29 de febrero de 2016

Echar el freno.

Suena el despertador, corre, desayuna, arréglate, l@s niñ@s, vístel@s, los bocadillos, haz la cama, se hace tarde, no llegas, corre! ¿dónde dejaste el coche? las llaves, no las encuentras, empiezas a sudar, tu corazón se acelera, encuentras las llaves, arrancas, ¡vaya que tráfico!llegamos tarde, ¡qué horror! ¿y es@ que hace?¿por qué te paras ahí? ¡¡corre!! ¿no ves que tengo prisa?le pitas, te enfadas, se te escapa algún que otro insulto...llegas al colegio, al puesto de trabajo, tienes que aparcar y parece que no hay sitio, tu corazón palpita cada vez más, tu cuerpo empieza a arder, comienzas a sudar, tienes ganas de chillar, tus pensamientos se turbian, se vuelven oscuros, empiezan a desencadenarse situaciones horribles durante todo el día, el ambiente de trabajo está tenso, ¿qué le pasa hoy a la gente?, todo te molesta, llegas a casa por la noche, por fin y proclamas: ¡he tenido un mal día!

Hola bloggers! hoy voy a hablar de la autoregulación, una de las habilidades de la Inteligencia Emocional. Es posible que en alguna ocasión te hayas sentido así, que hayas tenido la sensación de tener un mal día, de que todo estaba en tu contra, y por más que hicieras no podías salir de ese bucle de irritabilidad, negatividad, nerviosismo, etc. En los tiempos que corren parece ser que el estrés es un hábito completamente normal y asociado al rol de trabajad@r, padre o madre de familia, cuidad@or de un familiar, etc. Está tan integrado en nuestras vidas que nos parece una respuesta común y nos resignamos a continuar viviendo así. El otro día daba un paseo y no tenía prisa por llegar a ningún sitio, pero el ritmo con el que caminaba era casi como el de correr, me paré y pense, ¿a dónde vas así? echa el freno Alba, pasea tranquila, respira, disfruta el paseo. Así me inspiré para escribir este post, estamos sobrecargados de tareas, las demandas externas son superiores a nuestras capacidades, por este motivo aparece el conocido estrés. No es más que una respuesta de nuestro organismo que hay que atender, nos avisa que así no podemos continuar, que hay que frenar, estamos exigiéndonos más de lo que podemos abarcar. Es necesario respetar nuestro tiempo, no sólo durante el fin de semana, ¿cuánto tiempo al día lo dedicas para ti mism@?, a veces es complicado conseguirlo pero eso significa que no es tu prioridad. Establecer prioridades es fundamental para el equilibrio psicológico y emocional, no cargues con todo y reflexiona si lo que haces es prioritario. A veces, es necesario pedir ayuda, delega a alguien tareas, no te sobrecargues, no puedes con todo, aunque creas que sí, llegará un día en que tu cuerpo diga ¡basta!
En muchas ocasiones se nos presentan contratiempos que no podemos controlar, como un atasco, colas en el supermercado, una persona nos atiende lentamente, etc. Aprovecha este momento para respirar, ser consciente de tu cuerpo, vivir el presente, piensa que no puedes cambiarlo, por mucho que te enfades, ponte una buena canción en el coche, canta, entabla conversación con el de detrás de la cola del supermercado o fíjate en esa persona que te atiende con paciencia, cómo lo hace, seguramente habrá echado el freno. A veces encontrarte con una situación así, ya te cambia el transcurso del día, entras en el bucle de la impaciencia, la negatividad...lo que hay en el exterior es la proyección de tu estado interior, transforma tu estado interior y verás el resultado en el exterior.
Recuerda, echa el freno, respira, atiende prioridades, delega responsabilidades, deja tiempo para ti y no te enfades por cosas que no puedes controlar. 

Ánimo con este nuevo reto! Hasta la próxima bloggers!

 

miércoles, 10 de febrero de 2016

Cuando la realidad no es lo que parece

En numerosas ocasiones creemos que lo que pensamos es la realidad, que las cosas son de esa manera, que son  incuestionables  y son una verdad absoluta. Resulta que otra persona ante la misma realidad lo percibe de otra manera, totalmente distinta a la tuya y también le resulta una verdad incuestionable. Surge el conflicto, el enfado y comienza una lucha de poder para ver quién tiene la razón. Es probable que los dos tengan razón, pero el esquema mental de cada uno funciona de manera diferente, debido a las experiencias personales previas, creencias, distorsiones cognitivas, valores, emociones… El estado emocional de una persona le condicionará a percibir la situación de una manera y si revive una situación parecida desde otro estado emocional su percepción será también distinta, por eso es importante tener en cuenta ciertos aspectos para que nuestras respuestas sean más adaptativas y flexibles.
Hola bloggers hoy voy a hablar de la generación de conflictos interpersonales, debido a los “mapas” mentales de cada persona. En PNL existe una presuposición que dice: “el mapa no es el territorio”, pues bien esta presuposición me viene muy bien para introducir este post, las personas a lo largo de nuestra vida, vamos formando un mapa mental, en base a las experiencias que vivimos, a partir de cada experiencia hacemos una valoración e interpretación y vamos incorporando a nuestro mapa, creencias, opiniones, valores, emociones… Las personas vivimos experiencias distintas, crecemos en distintos entornos, los sistemas familiares también son diferentes, con diferenciados valores y sistemas de creencias, por lo que almacenamos la información de distinta manera.  Además, recibimos a diario millones de estímulos de información y almacenarlo todo es imposible, no tenemos la capacidad de hacerlo, por lo que nuestro cerebro selecciona una parte de la información. Así es como se va creando nuestro mapa, por lo tanto existen tantos mapas como personas en el mundo, entonces ¿Cuántas realidades existen?
Cuando surge un conflicto el primer paso a dar es dirigir tu estado de irritación o enfado a un estado de calma, te puede ayudar contar hasta 10, centrarte en tu respiración o incluso dejar la conversación para otro momento, cuando nos encontramos en un estado irritado será difícil conectar con la otra persona y llegar a una solución. Una vez que sientes que estás en este estado de calma es importante aceptar que tu mapa no es el territorio, tengo que tener en cuenta que existe el mapa de la otra persona con la que surgió el conflicto. Este paso te permitirá cambiar de perspectiva e intentar entender lo que quiere decir la otra persona y como está interpretando la situación. En este paso es necesario averiguar qué intenciones tiene cada persona, qué necesita, qué percibe, a este proceso se le conoce como escucha activa, atender a lo que dice la otra persona sin juzgarle, sin reprocharle e intentando entenderle. Cuando tenemos estas necesidades en cuenta, es probable que hayas sido capaz de empatizar con la persona y tu pensamiento y actitud se vuelva más flexible.
Ahora estarás preparado para encontrar una solución, ambos sabéis y comprendéis la realidad del otro, llegar a un acuerdo resultará más fácil. Gracias a los mapas de cada uno podréis crear una infinidad de alternativas que se adapten a las necesidades de ambos. A veces pueden surgir resistencias, puede ser complicado entender a la otra persona ya que las diferencias entre los mapas pueden ser muy grandes. Cuando esto suceda piensa esta situación: Si yo tengo un 99% de razón y la otra persona un 1%, voy a intentar comprender este mínimo. Por poco que puedas entender intenta localizar este porcentaje.
Para poder entender mejor el proceso piensa en el último conflicto que hayas tenido, especifica todo lo que pasó, cuando empezó y porqué, las partes implicadas, las actitudes de cada uno, analiza cada detalle de lo ocurrido. ¿Cuáles eran tus pensamientos? ¿Creías que tenías tú toda la razón? ¿Tuviste en cuenta el mapa de la/s otra/s persona/s?¿Cómo era tu estado emocional, hablaste desde la calma y la serenidad? Intenta descifrar cuáles eran tus intenciones, necesidades o percepciones y después intenta hacer el mismo proceso con la otra parte. ¿Tienes las intenciones de ambas partes? Si es así, intenta comprender y aceptar el mapa de cada de uno. Si te cuesta, acuérdate del 1%. Si has sido capaz de ponerte en el lugar de la otra persona, enhorabuena seguro que tu percepción del problema ya ha cambiado. Ahora piensa en alternativas, ¿qué soluciones pueden cubrir las necesidades de ambos? Seguro que si lo compartes con aquella/s persona/s que tuviste el conflicto pueden salir más opciones, escoged la opción más viable y analizar los resultados, si esa opción no funciona, no pasa nada, escoged otra y así sucesivamente.
Querer, es poder.
¡Ánimo con este nuevo reto, hasta la próxima!