Recuerda...

Recuerda...

miércoles, 1 de marzo de 2017

La culpa, emoción que te destruye si no aprendes a gestionarla.

Merezco un castigo, ¿Cómo he podido llegar a este punto?, ¿Por qué he hecho eso?, no me lo voy a perdonar jamás, esto es intolerable, qué mala persona soy, qué vergüenza, ¡otra vez he vuelto a cometer el mismo error!, ¡esto es insoportable!, qué van a pensar de mí.

Hola Bloggers, ¿os suenan de algo estas palabras? Es posible que alguna ocasión te hayan resonado por tu cabeza, acompañadas de sensaciones internas como ganas de llorar, desmotivación, necesidad de quedarte en la cama y no querer salir, creer que no mereces la pena, dolores en el pecho, dificultad para respirar...Una sensación conjunta que se instala en tu mente y cuerpo y te tortura sin parar , una desagradable sensación de la que te quieres desprender pero no puedes, vuelve una y otra vez. Hoy voy a hablar de la culpa una emoción tan desagradable de sentir, que si no aprendes a gestionarla, puede llegar a ser muy destructiva. 

¿Por qué sentimos esta emoción?

Pues bien, durante toda nuestra vida vamos registrando en nuestro cerebro creencias sobre cómo debemos comportarnos, y los valores importantes que dan sentido a nuestra vida, los aprendemos y en numerosas ocasiones son heredados o impuestos por nuestros padres, vamos creciendo con estas ideas sobre lo que lo está permitido y lo que no, en algún momento que "transgredimos" algunos de estos patrones, aparece esta emoción para recordarnos que no estamos actuando "correctamente". De repente escuchamos esa vocecilla interior que empieza a castigarnos, advirtiendo que nos estamos saliendo de nuestro patrón, nos lo dice de una manera muy dura y empieza a hacernos sentir tremendamente culpables, con la sensación  de que hemos podido fallar a alguien o incluso a nosotr@s mism@s. 

¿Qué podemos hacer para gestionarla?

Primero de todo es reconocerla y aceptarla, NUNCA rechaces una emoción, recuerda que éstas aparecen para lanzarnos un mensaje sobre algo que quizás es necesario cambiar. Una vez que has identificado tu emoción y la has aceptado, tienes dos opciones: la primera opción es resolver la situación como un niño que cuando hace algo mal, se aplica un castigo para intentar equilibrar el daño ocasionado. Esta opción es la que solemos utilizar pero ¿realmente crees que esta es adaptativa y útil? Sólo por cómo nos hace sentir te aconsejo que dejes de recurrir a ella. Vamos a ver la otra opción: esta se resuelve como un adulto y es transformando la culpa en responsabilidad, primero de todo pregúntate ¿qué parte de responsabilidad tengo yo ante esto que ha sucedido? quizás no toda la responsabilidad sea tuya, pueden haber otros factores quizás más relevantes. Si la respuesta es sí, aquí empieza el trabajo, alomejor es hora de revisar tu "patrón" de creencias, valores, comportamientos y observar si realmente es algo que tú has escogido o quizás te lo han impuesto, te han inculcado ciertas costumbres, maneras de pensar... analiza si para ti significa algo tan negativo, ya eres adult@ y tienes derecho a modificar tus creencias, valores y reconsiderar lo que está bien de lo que está mal. Si la respuesta sigue siendo negativa, entonces intenta ser compasiv@ contigo y piensa en qué necesidad estabas intentando satisfacer, detrás de cada comportamiento hay una intención positiva que nos hace acercarnos al placer y evitar el dolor, ¿Por qué castigarnos tan duramente? comprende qué te ha llevado hasta ahí,perdónate y responsabilízate para aprender de ello y que no se vuelva a repetir, siempre y cuando realmente sea algo que tú consideres que te perjudica a ti o a l@s que están a tu alrededor.
Empieza a practicar este ejercicio y libérate de la culpa, tod@s somos human@s hemos nacido para equivocarnos, poder aprender y rectificar!
Si sientes que sol@ no avanzas y tus conflictos emocionales te bloquean, ponte en contacto conmigo, no hay nada más importante que gozar de un equilibrio emocional!


Ánimo con este nuevo reto! Hasta la próxima!


www.albacabello.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario