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miércoles, 20 de enero de 2016

Inteligencia Emocional ¿innata o aprendida?

La inteligencia emocional una de las habilidades que nos conducen al éxito personal y profesional. Seguramente algunos ya conocéis este término, como bien indica su nombre es un tipo de inteligencia  que nos permite gestionar nuestras emociones y relacionarnos óptimamente con nuestro entorno. Años atrás sólo se le otorgaba importancia a un alto coeficiente intelectual pero dentro de éste no se miden capacidades como el autocontrol, la autoestima, habilidades sociales o empatía por ejemplo, todas ellas muy necesarias para un buen funcionamiento biopsicosocial.
Por suerte hoy en día empieza a aplicarse en los entornos educativos como parte del programa formativo y bien, si desde la más temprana infancia se empieza a educar desde la inteligencia emocional, las probabilidades de éxito aumentan en consideración consiguiendo armonía en las aulas, disminución de la violencia, aumento del autocontrol,etc. Su aplicación también se lleva al sector sanitario promoviendo hábitos saludables, disminuyendo el estrés, aumentando la rapidez de las recuperaciones y también podemos ver actualmente que se aplican programas en el sector empresarial con el objetivo de disminuir el absentismo laboral, promover buenas relaciones con los trabajadores o para aumentar la confianza y la seguridad. A pesar de que el aprendidaje temprano trae muchas ventajas cabe señalar que gracias a la plasticidad cerebral podemos aprender contínuamente, por lo que sí, puedes aprender a ser emocionalmente inteligente desde hoy mismo.
Para empezar a abrir paso es importante conocer una definición asentada de este concepto que fue impulsado por Daniel Goleman:

" Capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados. Lograrlo y compartirlo con los demás." 

La inteligencia emocional se divide principalmente en dos grandes bloques por un lado la inteligencia intrapersonal que es la que se encarga de la gestión de uno mismo, dentro de ésta encontramos el autoconocimiento, la autoregulación y la automotivación. A groso modo esta parte de la inteligencia trata de saber quién eres, la manera en que gestionas tus emociones y la capacidad para poner en la misma dirección tus conductas y objetivos.
El otro gran bloque lo compone la inteligencia interpersonal la cual se encarga de la gestión de ti mismo con los demás, con el mundo exterior. Dentro de este bloque nos encontramos con la conciencia social y las habilidades sociales, la capacidad de ponernos en el lugar de los demás (empatia) y la capacidad de poder comunicarte de una manera eficaz con los demás.
 Ahora que ya he explicado algunas de las bases de la inteligencia emocional, en próximos posts podremos ir descubriendo más cerca de cada una de estas habilidades.
A modo de reflexión, ¿te consideras una persona emocionalmente inteligente?

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